Residuos domésticos y comerciales

Los residuos domésticos son los generados en los hogares como consecuencia de las actividades domésticas. Se consideran también residuos domésticos los similares en composición y cantidad a los generados en servicios e industrias que no se generen como consecuencia de la actividad propia del servicio o industria.

Entre otros residuos, son residuos domésticos los biorresiduos, papel y cartón, vidrio, metales, plásticos, envases, textiles, aceites de cocina usados, aparatos eléctricos y electrónicos, pilas, acumuladores, muebles y enseres y colchones, así como los residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y reparación domiciliaria. Además, algunos de ellos pueden tener características de peligrosidad.

También se consideran residuos domésticos los procedentes de la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas, los animales domésticos muertos y los vehículos abandonados.

Los residuos comerciales son los residuos generados por la actividad propia del comercio, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, oficinas y mercados, así como del resto del sector servicios.

Aunque la composición de los residuos domésticos y la de los comerciales es similar en general, presentan peculiaridades que recomiendan su diferenciación para mejorar su gestión.

Fracciones de residuos domésticos y comerciales

• Biorresiduos
• Envases ligeros
• Papel y cartón
• Vidrio
• Aparatos eléctricos y electrónicos
• Pilas y acumuladores
• Textil y calzado
• Medicamentos
• Aceites de cocina

Fracción resto: es la parte de los residuos de origen doméstico que se recoge de forma mezclada. Todavía puede contener materiales valorizables en diferentes cantidades en función de los niveles de recogida separada que se alcanzan para las anteriores fracciones.

Algunas de estas fracciones están sujetas al régimen de responsabilidad ampliada del productor, en cumplimiento del principio “quien contamina paga”, de forma que el productor se responsabiliza de la gestión de los residuos que su producto genera cuando ha terminado su vida útil.

La obligación de gestionar los residuos domésticos generados en los hogares, comercios y servicios corresponde a las entidades locales (ayuntamientos y entidades supramunicipales como diputaciones provinciales y comarcas), con independencia de la fracción o de su naturaleza. Además, pueden gestionar los residuos comerciales no peligrosos y los residuos domésticos generados en las industrias, si así se disponen en sus ordenanzas.

La gestión de los residuos comprende su recogida y posterior tratamiento.

Guía para la prevención y gestión de los residuos domésticos en Aragón (PDF, 6 MB). información básica sobre los tipos de residuos domésticos, sus características principales, las medidas de prevención, uso y reutilización y dónde deben ser depositados para posibilitar su recuperación o reciclaje.

Sistemas de recogida 

La recogida de los residuos domésticos y comerciales se puede llevar a cabo por diferentes sistemas. Los más habituales son:

• Contenedores en vía pública, que pueden estar en superficie o soterrados y que son recogidos mediante vehículos específicos. En alguna ocasión el sistema de contenedores se sustituye por un sistema neumático de recogida automática en el interior o fuera de las viviendas.
• Recogida puerta a puerta.
• Puntos limpios, fijos o móviles, que son equipamientos que facilitan la recogida de residuos de competencia municipal para los que no existen contenedores en vía pública (envases de pinturas, escombros procedentes de obras de construcción y reparación domiciliaria menores, residuos voluminosos como colchones y muebles, aparatos eléctricos y electrodomésticos). Para facilitar la implantación de puntos limpios en el territorio aragonés se puede consultar la Guía de puntos limpios de Aragón (PDF, 5,75 MB)
• Sistemas de recogida específica ubicados en determinados comercios minoristas (aparatos eléctricos y electrónicos, pilas o baterías, neumáticos fuera de uso).

Además del sistema escogido, la eficiencia de la recogida se ve condicionada por la ubicación del equipamiento, los vehículos recolectores, la frecuencia de la recogida y la eficiencia en el reciclado de los gestores finales que los reciben (públicos, privados, mixtos).

Un buen sistema de recogida permite obtener una fracción separada de calidad. Para ello debe estar adaptado a cada territorio y atender adecuadamente las necesidades de los diferentes generadores a los que da servicio. Además, se deben tener en cuenta otros aspectos, como la gestión del espacio público, la contaminación atmosférica o acústica, los olores y el tráfico.

Fracciones de residuos que se recogen de manera separada

En la actualidad, es obligatoria la recogida separada de, al menos, papel, metal, plástico y vidrio, con la posibilidad de recoger más de uno de estos materiales juntos.

Además, en los municipios de más de 5.000 habitantes también es obligatoria la recogida separada de biorresiduos. En los municipios menores de 5.000 también será obligatoria la recogida separada de biorresiduos a partir de 2024.

En 2025, la obligación de recogida separada se ampliará a, a menos, los residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos peligrosos domésticos y residuos voluminosos.

En la actualidad, todos los municipios aragoneses tienen implantada la recogida separada mediante contenedores de papel-cartón, envases ligeros y vidrio, y en muchos de ellos se cuenta con otras específicas de biorresiduos, textiles, aceites de cocina, residuos voluminosos u otros, así como residuos con características de peligrosidad como pilas o restos de pinturas.

Los residuos para los que no hay recogida separada, pueden depositarse en el contenedor de la fracción resto, donde va todo mezclado. No obstante, esta no es la mejor opción desde el punto de vista de la actual política de gestión de residuos.

Tratamientos

Los residuos se deben tratar respetando el principio de jerarquía de actuación en la política de gestión de residuos, que establece el siguiente orden de prioridades en materia de residuos:

1. Prevención: medidas adoptadas en la fase de concepción y diseño, de producción, de distribución y de consumo de una sustancia, material o producto, para reducir la cantidad de residuo producido, sus impactos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana o su contenido en sustancias peligrosas.
2. Preparación para la reutilización: operación consistente en la comprobación, limpieza o reparación de productos o componentes de productos que se han convertido en residuos, para prepararlos para poder ser reutilizados.
3. Reciclado: operación mediante la cual los materiales de residuos se transforman de nuevo en productos, materiales o sustancias.
4. Otro tipo de valorización, incluida la energética.
5. Eliminación, de forma segura y solamente cuando no existe otra alternativa.

Los residuos generados son tratados con diferentes objetivos:

• modificar sus características físicas, químicas o biológicas para reducir o neutralizar las sustancias peligrosas que contienen,
• recuperar materias o sustancias valorizables,
• facilitar su uso como fuente de energía,
• adecuarlos para su tratamiento final de eliminación.

Los tratamientos dependen de la fracción de residuos que se trate y están fuertemente condicionados por el modelo de separación en origen elegido.

Los principales tratamientos a los que se someten los residuos domésticos y comerciales son:

• Preparación para la reutilización: consiste en la comprobación, limpieza o reparación del producto para permitir su reutilización.
• Tratamientos de valorización mediante reciclaje: son tratamientos que pretender aprovechar los materiales que contienen los residuos. Pueden ser:
  • Tratamientos biológicos: se basan en degradar (estabilizar) la materia orgánica, mediante la actividad de microorganismos, siendo los más habituales el compostaje y la digestión anaerobia.
    • El compostaje se lleva a cabo en presencia de oxígeno, bajo unas condiciones de aireación, humedad y temperatura controladas, imitando la transformación de la materia orgánica en la naturaleza y dando lugar a un material estable e higienizado, el compost.
    • En la digestión anaerobia, en ausencia de oxígeno y a lo largo de varias etapas en las que intervienen diferentes tipos de microorganismos, se obtiene un producto digerido y una mezcla de gases formada principalmente por metano y dióxido de carbono y por otros gases en menor proporción (vapor de agua, monóxido de carbono, nitrógeno, hidrógeno, anhídrido sulfhídrico). Esta mezcla se llama biogás y es un gas combustible de elevada capacidad calorífica. Tanto el compost como el digerido, procedentes de residuos orgánicos recogidos de forma separada y si cumplen una serie de requisitos legalmente establecidos, se pueden utilizar como fertilizante orgánico o enmienda para el suelo.
  • Tratamientos mecánicos: para seleccionar y clasificar los residuos por materiales utilizando imanes, separadores ópticos, mediante trituración y cribado o separación manual. Permiten recuperar las fracciones reciclables y prepararlas para su posterior comercialización.
• Tratamientos de valorización energética. Pretenden aprovechar energéticamente los residuos a través de diferentes tratamientos térmicos, que en última instancia producen calor que es aprovechado para la generación eficiente de energía eléctrica.
• Tratamientos de eliminación de los residuos. Existen dos alternativas:
  • Incineración. Tratamiento térmico de los residuos que requiere aporte de energía o bien que no permite un elevado nivel de aprovechamiento energético
  • Depósito en vertedero: los residuos son depositados de manera controlada en un vertedero, debiendo tratarse previamente para reducir su volumen y su peligrosidad. Los vertederos deben cumplir unos requisitos de construcción y explotación, de forma que su empleo sea seguro, tanto durante su vida útil como tras su sellado.

Más información y contacto

Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente

Servicio de Planificación Ambiental

planificacionamb@aragon.es