Lodos de depuración de aguas residuales

Los lodos de depuración son residuos que se generan como resultado de las distintas etapas de depuración de las aguas residuales.

Qué son los lodos de depuración

Los lodos de depuración son residuos comunes, que se producen en gran cantidad cerca de todos nosotros.

Se generan como resultado de las distintas etapas de depuración de las aguas residuales, principalmente en las etapas de decantación primaria y decantación secundaria. Se trata de un residuo extremadamente líquido, resultado de la mezcla de agua (en torno a un 95%) y una parte sólida.

Su composición es variable y depende de la carga de contaminación inicial del agua y de los tratamientos a los que se somete para su depuración.

Dentro de los distintos lodos de depuración, destacan aquellos procedentes de las aguas residuales urbanas y de otros orígenes que generan aguas residuales similares, como es el caso de la industria agroalimentaria, por la gran cantidad de los mismos que se generan y las grandes posibilidades de aprovechamiento. En su composición se encuentran gran cantidad de materias suspendidas o disueltas. Algunas de ellas con valor agronómico (materia orgánica, nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes esenciales para las plantas) aunque pueden encontrarse otras con gran potencial contaminante como son los metales pesados, los patógenos y los contaminantes orgánicos.

Con carácter general, los lodos son tratados en las propias instalaciones EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales) para reducir su contenido en agua y patógenos y asegurar la estabilidad de la materia orgánica. Este tratamiento es de gran importancia para facilitar su transporte y manipulación y evitar riesgos.

Dentro de la planificación autonómica los lodos de depuración de aguas residuales están incluidos en el Programa de Lodos de Depuración de Aguas Residuales, página 179, del Plan de Gestión Integral de Residuos GIRA 2018-2022.

Normativa

Prevención y gestión

Para prevenir la generación de este tipo de residuos y minimizar la cantidad de residuos generado, así como su carga contaminante, se debe actuar sobre dos aspectos: la contaminación en origen de las aguas que llegan a la estación depuradora de aguas residuales (EDAR), así como los tratamientos efectuados tanto a las aguas residuales como a los propios lodos. Es relativamente fácil hacer una gestión de un lodo sin contenidos en potenciales contaminantes y difícil gestionar un lodo con características de residuo peligroso, de ahí la enorme importancia de controlar el origen de las aguas.

Las EDAR, como productores de residuos, deben asegurarse de su correcta gestión , mediante gestores autorizados. Esta gestión debe hacerse respetando los principios de la política de residuos en materia de protección de medioambiente y salud humana y aplicando la jerarquía en las opciones de gestión, esto es, priorizando la prevención sobre el reciclado, otros tipos de valorización incluida la energética y quedando en último lugar la eliminación mediante incineración y depósito en vertedero.

Como ya se ha mencionado, los lodos son normalmente pretratados en las depuradoras y en instalaciones específicas de tratamiento de residuos. Adicionalmente se pueden someter a otras operaciones posteriores para asegurar un destino final adecuado y ambientalmente seguro.

Los lodos deben tener distintos destinos dependiendo de su composición, por lo que se lleva a cabo una caracterización previa de los mismos. La opción más favorable es someterlos a un tratamiento de compostaje y aplicación posterior a suelos agrícolas por su acción fertilizante, aunque también se emplean en otros tipos de suelos para su recuperación, el resto se destinan a valorización energética y, como última opción, son eliminados mediante incineración o depósito vertedero. Para cada una de las alternativas, se deben de cumplir una serie de condiciones establecidas en la legislación. En el caso de lodos de depuración aplicados al sector agrícola, el principal factor limitante para su uso es el contenido de metales pesados.

El empleo de lodos de depuradora como fertilizante en el sector agrario permite un aprovechamiento óptimo de los mismos y da salida a un residuo que se genera en grandes cantidades, sin embargo, debe llevarse a cabo de forma que no se ponga en riesgo la salud de los humanos y el medioambiente. Una mala práctica puede afectar negativamente a la fertilidad del suelo y acabar afectando a las aguas superficiales y subterráneas. Es por ello que esta actividad cuenta con regulación específica, lo que incluye el Registro Nacional de Lodos en el que se incorpora información suministrada por las instalaciones depuradores, las instalaciones de tratamiento de lodos y los gestores que realizan la aplicación agrícola.

Última actualización: 24/02/2023

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